Regreso al Curro: Parte 1

En fin, he reptornado, como tocaba, con alguna que otra anécdota sobre el trabajo este año, supongo que ya estaréis todos pensando en mi tío, como olvidar al cabrón de viejo Alfredo... Pues no, no hay gran cosa sobre él, lo siento, pero el sigue con sus graznidos y sus rebuznos por aquí y por allá, viene todos los días a pedir un vaso de agua, y sigue paseando, cual pingüino, por el Hotel adelante. ¿Sus últimas obstinaciones absurdas? Bueno, el barril de Donkey Kong del que os hablé el año pasado está terminado, ya le sacaré una foto... Pero este año lo que ha hecho ha sido comprar una finca que hay al lado de la suya, y ahora está ''supervisando'' (va entre comillas porque eso de supervisar no se adapta muy bien a la labor de mi tío...) a los pobres proletarios que se encuentran allí dando el callo (y por supuesto, refunfuñando y berreando, como es su estilo).

Eso es a grosso modo, todo sobre mi tío. Pero ha nacido un nuevo bastardo, no creo que llegue al nivel de mi tío, pero al cabrón le llega bien. Empezaré desde el principio.

Tengo algunos colegas en el hotel, me refiero a clientes, que son de mi edad, y aunque algunos son un tanto estereotípicos, son bastante majos (además, enganché a todos a Death Note, y a alguno a Bleach xD).
El caso es que tuvieron la decencia de, el Sábado pasado, acompañarme a la parada del autobús que me viene a recoger a las 10:40. Como es natural para Monbus (no se puede esperar más de una compañia en la que escriben ''n'' antes de ''b''), el autobús llego 15 minutos tarde, pero Monbus no se conforma con eso, ¡qué va! El bus llegó 15 minutos tarde, ¡Y EL CONDUCTOR NO PARÓ! Es decir, tuvo los huevos de verme, mirarme de frente y negar con el dedo, para decirme que no le salía de los cojones parar a recogerme, volví al hotel acompañado de mis fieles compañeros, y llame a mi abuela para decirle que dormía en su casa (mi abuela es de Portonovo, que está al lado de donde trabajo).

El Domningo no hubo problema, creo que el conductor era otro, y como es normal en los seres humanos, cumplió con el deber que ha de cumplir para ganar humildemente su salario a fin de mes y así mantener a su familia, paró. El Lunes vino una conductora, las conductoras suelen ser majas... También paró.

Pero el Martes (ayer) el Bastardo volvió... Volvió para joderme. De nuevo, gesto negativo incomprensible, y yo, hasta los huevos, le levanté el dedo, y le grité ''¿¡Por que coño no paras, hijo de la grandísima puta!?'' (espero sinceramente que al menos escuchase lo último) El caso es que me se lo comenté al director del hotel, que llamó a Monbus, y hoy vino otro autobús, pero todavía está por ver si la cosa queda así, o si tendré que acostumbrarme a esperar con un Bazooka en la estación, para intimidar al Bastardo.

En fin, contaré lo que vaya surgiendo por ahí, pero esto es todo por ahora.

Auf Wiedersehen!